Si bien el otro día hablamos de los beneficios que puede suponer una moderada y adecuada exposición al Sol, hoy hablamos de los riesgos que entraña si no lo hacemos de una forma adecuada. Seguiremos este hilo en próximos artículos con el objetivo de promover la óptima salud del nada más y nada menos que el órgano más extenso de todo nuestro cuerpo, la piel.

Las quemaduras solares son el daño más inmediato de una exposión solar sin la adecuada protección

Los riesgos de la exposición a los rayos UVA y UVB los distinguimos en: Riesgos inmediatos y riesgos a largo plazo:

• RIESGOS INMEDIATOS:
  • ERITEMAS O QUEMADURAS SOLARES: Casi todos las hemos sufrido en algún momento de nuestras vidas. Producidos por los rayos UVB, las quemaduras solares son las molestas consecuencias de una exposición solar sin protección. Comenzamos a notar sus síntomas (dolor, enrojecimiento y calor) a las pocas horas de exposición solar, llegando su máximo pico entre las 12 y las 24 horas posteriores al baño de sol. La facilidad para que se produzca una quemadura solar depende de diversos factores: fototipo de cada persona, tiempo de exposición solar, factor de fotoprotección empleado (o no) e incluso la alimentación. Entraremos a describir más detenidamente estos detalles en la próxima publicación.
  • ENVEJECIMIENTO PREMATURO DE LA PIEL: Un dato muy desconocido es que el Sol es responsable de cerca del 90% de los síntomas del envejecimiento cutáneo. Los rayos UVA penetran mucho más profundamente que los rayos UVB en la piel, llegando a la dermis donde sin una protección adecuada, producen efectos drásticos y algunos irreversibles: Cambios en la vascularización de esta capa de la piel, incremento del riesgos de desarrollo de cáncer, degeneración del colágeno y de la elastina que provocan flacidez y arrugas en la piel... Como se aprecia, la exposición solar no es algo para hacer sin la protección adecuada.
  • DEBILITAMIENTO DEL SISTEMA INMUNITARIO: ¡Pero si en la publicación anterior dijimos que era bueno para las defensas! Como todo, en su justa medida. Un exceso de insolación altera la función de los glóbulos blancos y por tanto debilita nuestras defensas.
  • BRONCEADO: Esa piel bronceada que tanto vamos buscando, es un mecanismo de defensa natural de la piel frente a las agresiones de los rayos solares. La melanina, culpable del bronceado y generada por los melanocitos de la piel, protege frente a los rayos UVB pero NO PROTEGEN FRENTE A LOS RAYOS UVA. Es decir, que a pesar de quemarnos con mucha más dificultad, seguiremos recibiendo los efectos nocivos de los rayos UVA que serán visibles a más largo plazo. Esto resulta peligroso, ya que al no quemarnos, perdemos en cierto modo el miedo al sol y nos protegemos mucho menos.

 La incidencia y penetración de los distintos rayos solares en la atmósfera

• RIESGOS A LARGO PLAZO:
  • DESARROLLO DE PATOLOGÍAS OCULARES ASOCIADAS AL SOL: Una exposición solar a largo plazo incrementa hasta 4 veces el riesgo de desarrollar cataratas, una de las mayores causas de pérdida de visión del mundo. La luz solar daña la retina, la lente se vuelve opaca impidiendo la entrada de luz y se forma la catarata. La mejor forma de evitar ésto es el uso de unas gafas con un filtro solar adecuado. ¡ATENCIÓN! Las gafas "low cost" no suelen contar con este itpo de protección. Además, también se pueden desarollar otras patologías reversibles como la fotoqueratitis o la fotoconjuntivitis
  • SOL Y CÁNCER: El efectivo más nocivo y peligroso de la exposición solar indebida. Los rayos ultravioleta tienen una alta capacidad de penetración en los tejidos, tanto, que pueden llegar hasta el núcleo de las células donde se encuentra el ADN, llegando a producir mutaciones que son el origen de numerosos casos de cáncer. La piel tiene memoria, y muchas veces no nos protegemos adecuadamente. Una persona que durante muchos años haya llevado una exposición al sol inconsciente y despreocupada tendrá más riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer, a pesar de llevar muchos años sin exponerse al sol. Por ello, recomendamos vigilar de cerca toda mancha cutánea de aspecto irregular, voluminoso o con colores que llamen la atención. Estas manchas pueden aparecer por cualquier parte del cuerpo y es necesario una revisión concienzuda y en profundidad para descartar cualquier tipo de riesgo.

Esta figura ilustra las diferencias entre un lunar normal y un melanoma. Asimetría, borde, color y diámetro serán los factores que hayamos de controlar

ADEMÁS... -No es necesario irse a la playa o recostarse en una tumbona para recibir los efectos del Sol. Un paseo, hacer deporte al aire libre o trabajar a la intemperie es lo mismo, es más, el sudor incrementa la refracción de la luz solar sobre la piel y sus efectos pueden multiplicarse. Es importante fotoprotegerse siempre y cuando se vaya a estar expuesto a las radiaciones solares

-Con 5 minutos de exposición solar, tendremos la cantidad de sol necesaria para una óptima mineralización ósea. Más dosis de Sol para una mayor mineralización serían inútiles al respecto.

-¡IMPORTANTÍSIMO! Acudir a tu dermatólogo si notas algún cambio en alguno de tus lunares, verrugas o manchas de tu piel. Cogerlo todo a tiempo juega un papel primordial en el tratamiento de un hipotéctico desarrollo de cáncer.

-La piel tiene memoria -La protección de la piel no se trata de un asunto cosmético, sino de salud.

Para cerrar el bloque de protección solar, el próximo día daremos una información que os encantará: ¿Qué es el fototipo? ¿Cómo averiguarlo? ¿Cómo se debe elegir el factor de protección solar de cada uno? ¿Cuál es la forma correcta de aplicar un fotoprotector? ¿Son efectivos los fotoprotectores orales? Todo ésto y mucho más en el próximo artículo.

El equipo de www.cuidadosfarmaceuticos.com