El kale es una verdura con gran popularidad actualmente. Es una crucífera que pertenece a la familia de las Brasicáceas. Es de hojas gruesas, grandes y de color verde intenso. Tiene un sabor fuerte y un poco amargo, y a su vez presenta un tacto crujiente y fibroso. Es conocida comúnmente como berza común o col rizada,  también puede encontrarse por los nombres de col forrajera, col abierta, col gallega o col caballar. Es fácil de cultivar y su producción requiere bajas temperaturas por lo que se cultiva principalmente en Europa. Es fácil de cultivar y su producción requiere bajas temperaturas por lo que se cultiva principalmente en Europa. El kale es una fuente de fibra, ácido fólico, proteínas, minerales (hierro, calcio, magnesio, fósforo, potasio, cobre y manganeso), vitaminas (A, C, K Y B6), tiamina y riboflavina. Además de ser baja en grasas saturadas y colesterol. En su composición presenta una elevada proporción de agua lo que la hace ser de muy bajo valor calórico, 45 kcal por cada 100 gramos. Es un alimento saciante gracias a su riqueza en fibra y proteínas y junto a su bajo aporte energético,  le convierten en un alimento idóneo en dietas para bajar de peso. Sus niveles de antinutrientes como el fitatos, oxalatos y taninos son muy escasos. Es reconocido como “superalimento” por sus propiedades nutricionales. Los veganos lo toman como una alternativa a la carne y los productos lácteos para la obtención de proteínas, hierro y calcio. Su bajo contenido en oxalatos hace que ofrezca una mayor disponibilidad de calcio, siendo su absorción mejor que el calcio presente en la leche, lo que convierte en una buena alternativa a esta. Además de ayudar a prevenir osteoporosis, fracturas y pérdida de la densidad ósea. Es uno de los vegetales con mayor contenido en vitamina C, aportando propiedades antioxidantes y favoreciendo la producción de colágeno. Además es una de las fuentes vegetales más ricas en hierro, lo que le hace bueno para la prevención de anemias. Otro de los beneficios ofrecidos por el kale es ayudar a reducir el colesterol y con ello el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Hay un estudio que demostró que tomando diariamente durante doce semanas zumo de kale se llegaba a aumentar hasta un 27% el colesterol HDL Y reducir un 10% el colesterol LDL. Una de las funciones del colesterol en el organismo es la de actuar como secuestrador de ácidos biliares,  uniendo los ácidos biliares entre sí tras la digestión para que estos no sean reabsorbidos, de este modo se consigue una reducción del colesterol total. Otra de sus acciones importantes es la protección de la vista y la piel debido a su contenido en vitamina A. Es un alimento que tiene un gran auge entre los platos veganos y détox. Además gracias a sus niveles en minerales y vitaminas ofrece propiedades antioxidantes que le hace tener un importante valor en dietas para deportistas. Se ha observado con ensayos científicos que tomando dos raciones de kale a la semana podríamos obtener los beneficios que ofrece.

¿Cómo consumirlo?

El kale ofrece una amplia variedad de cómo ser consumido. Puede consumirse cruda por ejemplo en ensalada, guisada teniendo en cuenta que cuanto más la cozamos más nutrientes pierde y frita. También se toma en zumos y licuados, siendo la manera por las que menos nutrientes se pierden.  

El bimi, es una nueva variedad de hortaliza, híbrido del brócoli y la col china, de la familia de las crucíferas y del grupo “Brassica oleracea”. Tiene su origen en Japón. Es tierna, natural y ofrece un sabor suave y dulce que recuerda al de los espárragos verdes. Es de tallo largo y delgado y un florete terminal, similar al brócoli. También es conocido como broccolini, terderstem o bellaverde. Aunque tenga origen japonés, se produce en toda Europa, sobre todo en Reino Unido y España. Para su cultivo requiere las mismas condiciones que el brócoli y sus mismas exigencias agronómicas. Se debe enfriar inmediatamente tras su recolección y conservarse en frío durante todo el proceso, a una temperatura entre 0 a 5ºC, para conservar todas sus propiedades nutritivas y su sabor. El bimi se conserva en frío desde el campo hasta la mesa. Es conocido como la “superverdura” por su alto contenido en nutrientes esenciales y vitaminas  aportando al organismo grandes beneficios. Encontramos en él gran cantidad de compuestos nutricionales como proteínas, fibra dietética, minerales (calcio, magnesio, manganeso, hierro, cobre y zinc), vitaminas C, B6 y E y compuestos bioactivos como el ácido fólico, glucosinolatos y carotenoides. Su alto contenido en calcio ofrece una capacidad protectora sobre el sistema cardiovascular. Los glucosinalatos, son anticancerígenos, destaca la sinigrina que favorece la eliminación de células precancerosas. Varios estudios han demostrado que es bueno en la prevención de cáncer de colon, estómago y pulmón, también tiene un elevado contenido en ácidos grasos, como el ácido linoleico y omega 3, y fibra, lo que hace ser considerado como alimento sano e idóneo en dietas para bajar de peso. Su contenido en antioxidantes, zinc, ácido fólico y vitamina C es superior al del brócoli, los espárragos verdes, la col rizada y las espinacas. Además de ser absorbidos por nuestro organismo con mayor facilidad que en el resto de verduras. Existen ensayos científicos que afirman que el bimi presenta:

• Acción anticelulítica
• Alcalinidad y capacidad reguladora del PH de la sangre.
•  Capacidad  protectora a la vista.
• Actúa como antiinflamatorio natural .

Tras varios estudios se ha observado que tomando tres porciones semanales de bimi, se están aportando importantes beneficios a nuestra salud.

¿Cómo consumirlo?

Hay una amplia variedad de posibilidades para su preparación.  Se puede ingerir en crudo, salteado (4 mins.), al vapor o hervido (4 mins.), cocinado en el micro (1-2 mins.) o tempura. Hay un truco para su cocción, que está en no exceder los cuatro minutos y para conservar la clorofila y así mantener su color verde, se debe enfriar inmediatamente en agua con hielo.

Artículo editado por Silvia Brasero Escolano para cuidados farmacéuticos.