Desde hace unos años tenemos un nuevo inquilino veraniego en España. El mosquito tigre llegó pasando casi desapercibido a la costa Mediterránea española y con el paso de los veranos se ha convertido ya en una especie más de mosquito en nuestro país, extendiéndose por todo el territorio e, incluso, en otros países de Europa. Esta especie de mosquito es natural de los bosques tropicales y llegó a Europa procedente del sudeste asiático a mediados de la década pasada.

A pesar de su pequeño tamaño y su silencioso vuelo, características que le hacen casi imperceptible a simple vista, el mosquito tigre posee una característica que le diferencia del resto de mosquitos, unas rayas blancas que recorren todo su cuerpo.

Las picaduras del mosquito tigre

Al igual que muchos de los mosquitos que hay en España, el mosquito tigre se alimenta de sangre de otros animales. Su periodo de mayor actividad se encuentra en verano, siendo su hora favorita del día entre el atardecer y el amanecer.

Su vuelo bajo y silencioso le hace prácticamente imperceptible, salvo cuando oímos un zumbido agudo, hecho que nos dice que el mosquito tigre está demasiado cerca y probablemente suframos una de sus picaduras o ya la hayamos sufrido.

Son precisamente las picaduras del mosquito tigre una de sus características principales que, al igual que el resto de mosquitos, producen inflamación y enrojecimiento de la zona afectada, además de un intenso picor, pero en el caso de este mosquito estas molestias son más notorias añadiendo, además, un dolor intenso en sus picaduras.

Además, el mosquito tigre es capaz de transmitir algunas enfermedades, por lo que es recomendable evitar sus picaduras. Para ello, el uso de mosquiteras por las noches nos permitirá evitar la entrada en nuestras casas, así como el uso de repelentes de mosquitos en nuestra piel como Relec.