¿Sabías que desde el primer momento del embarazo puedes estar influyendo en la posibilidad de desarrollo de sobrepeso u obesidad de tu bebé?.

La mujer debe cuidar su peso para no engordar más de lo necesario en su primer embarazo, ya que se ha comprobado que esta etapa puede ser el inicio del desarrollo de la obesidad en madres que han engordado más de lo normal y que no se han quitado esos kilos en los seis meses posteriores al nacimiento de su bebé. Esta situación se agravará si se queda de nuevo embarazada. La alimentación durante el embarazo no sólo influye sobre el peso de la futura mamá, si no que tiene efectos importantes sobre la salud del bebé, ya que los nutrientes para éste pasan a través de la placenta, dependiendo su crecimiento en gran medida del peso de la madre, incluso más que el propio potencial genético, tanto si está demasiado delgada, o por el contrario está obesa.

Si durante el embarazo hay una malnutrición, cuando el bebé nace y pasa a un ambiente de sobrealimentación, éste tiende a engordar ya que estaba preparado para aprovechar al máximo los nutrientes recibidos. Esto se de denomina CRECIMIENTO COMPENSATORIO. Los estudios realizados hacen que estén adquiriendo fuerza los postulados que nos dicen que el ambiente perinatal tienen más efectos sobre el peso de la persona cuando es adulta que la propia herencia genética.

¿Por qué hay propensión a la obesidad en el adulto, cuando su madre embarazada estuvo a dieta restrictiva ó pasó situaciones de restricción calórica obligatoria?

Existen diferentes explicaciones fisiológicas:

1. Los niños de madres con dietas insuficientes presentan un páncreas menos desarrollado, esto va a dar lugar a un funcionamiento defectuoso de la insulina, lo que implicaría un más que probable desarrollo de diabetes en la edad adulta.

2. La existencia de alteraciones en los transportadores de la glucosa de la membrana celular.

3. Cambios en el funcionamiento y producción de glucocorticoides que afectan al número de células beta del páncreas ó a la distribución de la grasa del niño.

Pero ¡ojo! ¡cuidado con el sobrepeso!:

La experimentación ha demostrado que los bebés de madres que lleven una dieta hiperlipídica (extragrasa) durante la gestación son más obesos de adultos que los de madres con dietas normales respecto a valores de ingesta de grasas (lípidos) Se sabe que las mujeres con sobrepeso tienen por lo general hijos con un peso por encima de la media, aunque este riesgo disminuye cuando éstas redujeron su peso hasta acercarse a los valores cercanos a los considerados normales en IMC: entre 18 y 25 kg/m2. Otra situación que influye generalmente sobre el peso del futuro bebé es si la madre sufre DIABETES GESTACIONAL, ésta es la complicación más frecuente del embarazo. Es una alteración en el metabolismo de los hidratos de carbono que produce una insulinorresistencia circunstancial.

¿Esto que significa?

Que la insulina no funciona correctamente y no es capaz de retirar la glucosa de la sangre, esto implica que el bebé reciba un exceso de azúcar, lo mismo que sucedería si estuviera comiendo dulce constantemente, lo que dará lugar a bebés de mayor peso al nacer y con mayores probabilidades de ser obesos en edades y posterior en la edad adulta. En todo caso, una dieta equilibrada y variada siguiendo los patrones de la Dieta Mediterránea te ayudará a mantener un estado óptimo de peso y salud antes y durante el embarazado, tanto a la mamá, como al futuro bebé.